El miedo, esa emoción tan humana que nos protege del peligro, tiene su origen en un baile complejo de neuronas y hormonas. Un baile que se desarrolla en diferentes regiones del cerebro, cada una con un papel específico en la detección, evaluación y respuesta a las amenazas.
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El primer paso: La amígdala, centinela del miedo
La amígdala es una estructura con forma de almendra que se encuentra en el lóbulo temporal medial del cerebro. Hay dos amígdalas, una en cada hemisferio cerebral. La amígdala está involucrada en la emoción, el comportamiento y la memoria.
La amígdala juega un papel central en el procesamiento del miedo
Recibe información sensorial de todo el cuerpo y la analiza en busca de señales de peligro. Si la amígdala detecta una amenaza, envía una señal al hipotálamo, que es una estructura del cerebro que controla el sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso autónomo es responsable de las respuestas corporales de lucha o huida, como el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la sudoración.
La amígdala también está involucrada en la formación de recuerdos de miedo. Cuando experimentamos una situación aterradora, la amígdala envía una señal al hipocampo, que es una estructura del cerebro que es responsable de la memoria.
La amígdala es una estructura importante para la supervivencia. Nos ayuda a detectar el peligro y responder a las amenazas.
El hipotálamo: El director de orquesta
El hipotálamo juega un papel importante en muchas funciones corporales, incluida la respuesta al miedo. Cuando la amígdala detecta una amenaza, envía una señal al hipotálamo
El hipotálamo luego activa el sistema nervioso autónomo (SNA), que es responsable de las respuestas corporales de lucha o huida. El SNA tiene dos divisiones:
- El sistema nervioso simpático es responsable de preparar al cuerpo para luchar o huir.
- El sistema nervioso parasimpático es responsable de calmar al cuerpo después de que ha pasado la amenaza.
El hipotálamo también libera las siguientes hormonas:
- Adrenalina: Aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración. También dilata las pupilas y relaja los músculos de la vejiga y los intestinos.
- Cortisol: Ayuda a aumentar los niveles de azúcar en sangre y a suprimir el sistema inmunitario.
- Hormona adrenocorticotrópica (ACTH): Estimula las glándulas suprarrenales para que liberen adrenalina y cortisol.
El hipotálamo es una parte importante del sistema de respuesta al miedo. Ayuda a preparar al cuerpo para luchar o huir del peligro.
La adrenalina: El combustible del miedo
Se libera en respuesta al estrés o al peligro. A menudo se conoce como la hormona “lucha o huida”. La adrenalina tiene muchos efectos en el cuerpo, que incluyen:
- Aumento de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial, de la tasa de respiración, del flujo sanguíneo a los músculos.
- Dilatación de las pupilas
- Relajación de los músculos de las vías respiratorias
- Disminución del flujo sanguíneo al sistema digestivo
La adrenalina es una hormona importante que juega un papel vital en la respuesta al estrés. Sin embargo, los niveles altos de adrenalina pueden tener efectos negativos, como ansiedad, irritabilidad e insomnio.
El hipocampo: La memoria del miedo
Es un conjunto de estructuras cerebrales involucradas en la emoción, el comportamiento y la memoria. Cuando experimentamos una situación aterradora, el hipocampo ayuda a codificar la memoria de esa experiencia. Esta memoria puede desencadenar la respuesta al miedo en el futuro, incluso si la amenaza ya no está presente.
El hipocampo también está involucrado en la extinción del miedo. La extinción es el proceso de aprender que una amenaza ya no es peligrosa. Cuando experimentamos repetidamente una amenaza sin consecuencias negativas, el hipocampo ayuda a actualizar la memoria de esa amenaza para que ya no desencadene la respuesta al miedo.
La corteza prefrontal: El control del miedo
Juega un papel importante en la regulación de las emociones, incluido el miedo. Cuando la amígdala detecta una amenaza, envía una señal a la corteza prefrontal. La corteza prefrontal luego evalúa la amenaza y determina la respuesta apropiada.
Si la amenaza es real, la corteza prefrontal puede enviar una señal al hipotálamo para activar la respuesta de lucha o huida. Sin embargo, si la amenaza no es real, o si la respuesta de lucha o huida no es apropiada, la corteza prefrontal puede inhibir la respuesta al miedo.
Las personas con daño en la corteza prefrontal pueden tener dificultades para controlar su miedo. Pueden experimentar miedo descontrolado, incluso en situaciones que no son peligrosas. Esto puede conducir a trastornos de ansiedad como las fobias y el trastorno de ansiedad generalizada.
El miedo: Una emoción compleja y necesaria
El miedo es una emoción compleja que involucra diferentes áreas del cerebro y del cuerpo. Aunque a veces puede ser desagradable, es una emoción necesaria que nos protege del peligro. Sin embargo, si el miedo se vuelve excesivo o descontrolado, puede interferir con nuestra vida diaria y requerir atención profesional.