Una de las características con las que más experimentamos al adquirir nuestra primera cámara compacta es con los modos de color, y con los teléfonos móviles no es distinto. Nos permiten crear bonitos efectos en nuestras fotografías sin depender de programas externos y eso, para los más novatos, es una característica muy atractiva que, sin embargo, tiene algunos inconvenientes que comentaremos más adelante. Empecemos por describir los modos de color más comunes:
- Blanco y negro. Produce una completa desaturación de la fotografía que produce un efecto de imagen antigua, clásica y elegante. Es un modo de color especialmente útil para retratos, sobre todo si ya sabemos jugar con los encuadres y aprovechamos la iluminación de la escena. Saber jugar con el modo blanco y negro puede permitirnos dar un giro radical a las sensaciones que transmitiría la fotografía sin alteraciones del color.
- Sepia. Es un modo complejo, difícil en ocasiones de conseguir a través de un programa externo. Dota a nuestra imagen de un tono marrón grisáceo que las hace parecer envejecidas dado que simula el coloreado artificial que se hacía antiguamente a las imágenes en blanco y negro. Modo muy interesante si nuestro teléfono móvil tiene la opción de añadir viñeteado (oscurecimiento de los bordes) a la zona de encuadre.
- Negativo. Hace parecer que la imagen que tomamos es en realidad el negativo de la misma, como la veríamos tomada en el carrete de una cámara analógica. Es un modo poco usado y ciertamente agresivo que produce imágenes extrañas, aunque podríamos sacarle provecho con fotografías de detalles en los que no parezca estar claro, o ser evidente, el objeto que fotografiemos.
- Solarizar. Otro modo “extraño” que invierte el color de nuestra imagen sólo en ciertos tonos dependiendo de la luminosidad de los mismos. Produce un efecto similar al del encendido accidental de una luz durante el revelado manual de una fotografía. En general es un modo muy poco utilizado.
- Posterizar. Reduce el rango o gama tonal de una fotografía a unos cuantos colores sólidos manteniendo el parecido con lo que sería la fotografía original. De esta forma desaparecen los degradados o transiciones naturales de la imagen y aparecen áreas de colores uniformes que producen una sensación de imagen vectorizada.
Son modos interesantes con los que podemos experimentar para conseguir transmitir las sensaciones que busquemos en cada toma pero hemos de ser cautos ya que, por lo general, nuestro teléfono móvil tomara la imagen directamente con los filtros aplicados y en algunos casos puede que, en el futuro, echemos de menos disponer de la imagen con los colores originales para poder realizar otro tipo de procesados.
De la misma manera, cada cámara calibra los modos y toma los colores de manera distinta (saturaciones de colores), por lo que la aplicación de estos filtros producirá resultados diferentes y, en cierta manera, incontrolables dependiendo del teléfono móvil con el que estemos trabajando. Por ello recomendamos que el procesado de la fotografía se realice de forma posterior a la toma de la misma. De esta forma podremos controlar al milímetro el resultado.
Nuestra recomendación es que retratéis sin efectos ni filtros y que tratemos la imagen con programas de edición como pueden ser Vignette o Photoshop Express para Android y similares para los terminales Phone como Camera+ y Color My Photos.