Una dieta rica en frutos rojos reduce el riesgo cardiovascular hasta un 32%, según una investigación liderada por la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.) que ha analizado datos de 93.600 mujeres sobre un periodo de 18 años. Los autores de la investigación atribuyen el efecto protector de los frutos rojos a su elevado contenido en antocianinas. Estudios anteriores han demostrado que estas moléculas ayudan a proteger el endotelio –la pared interior de las arterias, allí donde se originan los infartos– y a controlar la tensión arterial.
Los científicos atribuyen el beneficio al alto contenido de las frutas en antocianinas
La nueva investigación se ha centrado en el consumo de fresas y arándanos, los frutos rojos más consumidos en EE.UU. Pero también son ricas en antocianinas otras frutas como cerezas, moras, frambuesas, grosellas, uvas negras e incluso naranjas y berenjenas. La similitud de color entre ellas se debe a que las antocianinas son pigmentos que les dan un color rojizo, violáceo o azulado –el tono exacto depende de la acidez de la fruta–.
Según resultados presentados en la revista médica Circulation, las mujeres que toman frutos rojos tres o más veces por semana tienen un riesgo de infarto un 32% más bajo que las mujeres que solo los toman de manera excepcional. Los investigadores han visto que las mujeres que tienen frutos rojos en su dieta llevan en general una vida sana: no suelen fumar, practican actividad física y tienen una dieta rica en fibra y vegetales, sin exceso de calorías y con pocas grasas animales.
Pero el análisis estadístico de los datos ha revelado que el efecto de los frutos rojos es independiente de estos hábitos saludables. Es decir, entre dos personas que lleven una vida igual de saludable, aquella que añada frutos rojos en su dieta correrá un riesgo de infarto un 32% más bajo que aquella que no los coma.
La investigación se ha basado en el segundo Estudio de Salud de las Enfermeras, en el que 116.430 mujeres han aportado datos sobre sus hábitos de vida y la evolución de su salud desde 1989. El análisis se ha restringido a mujeres que tenían entre 25 y 42 años al principio del estudio porque “es un grupo de población sobre el que se han hecho muy pocas investigaciones de prevención cardiovascular”, ha explicado por correo electrónico Aedín Cassidy, coautora de la investigación de la Universidad de East Anglia (Reino Unido). “Hemos demostrado que, incluso a una edad temprana, es importante comer frutas y vegetales para reducir el riesgo de un ataque cardíaco más adelante”.