Las zanahorias, unas raíces comestibles que se consumen en la alimentación. Estas son ricas en carotenos, unos compuestos que el hígado transforma en vitamina A. Entre estos destaca el betacaroteno.
Los betacarotenos son componentes con potentes propiedades antioxidantes. Este poder antioxidante nos protege de los radicales libres.
Virtudes de los betacarotenos
Entre todas las propiedades medicinales de los betacarotenos podríamos mencionar las siguientes: anticancerosos, antimutagénicos, antitumorales, inmunoestimulantes, anticoronarios, antiulcéricos, antifotofóbicos, antidegenerativos.
Los carotenos poseen virtudes como las de proteger nuestras arterias de la arteriosclerosis o mantenernos jóvenes durante más tiempo. Su presencia en el cuerpo garantiza la buena salud de la visión, impidiendo la formación de las cataratas o la hipersensibilidad a la luz solar; el buen estado de la piel, de los dientes y de las encías.
Su carencia se puede manifestar en la falta de visión, ceguera nocturna, sequedad en la piel, acné juvenil o una mayor facilidad para las infecciones. Protegen nuestro estómago, impidiendo la formación de úlceras, y nos ayudan a mantener más jóvenes durante más tiempo.
La mejor fuente de betacarotenos son los alimentos
Los betacatorenos obtenidos de los alimentos producen sus efectos beneficiosos, por lo que es muy recomendable una dieta alimenticia con abundancia de zanahorias.
Es cierto que el consumo de alimentos que contienen betacarotenos puede llegar a teñir la piel de color amarillo (pigmentación amarillenta de la piel, especialmente en la palma de la mano), este efecto secundario disminuye a medida que dejamos de comer estos alimentos en grandes cantidades.
Usos y nutrición
Las zanahorias se pueden consumir de muy diversas formas. Se suelen trocear, y se consumen crudas, cocidas, fritas o al vapor y se cocinan en sopas, guisos, ensaladas, pasteles.
Es un alimento excelente desde el punto de vista nutricional gracias a su contenido en vitaminas y minerales. El agua es el componente más abundante, seguido de los hidratos de carbono, siendo estos nutrientes los que aportan energía. La zanahoria presenta un contenido en carbohidratos superior a otras hortalizas. Al tratarse de una raíz, absorbe los nutrientes y los asimila en forma de azúcares. El contenido de dichos azúcares disminuye tras la cocción y aumenta con la maduración.
Su característico color anaranjado se debe a la presencia de carotenos, entre ellos el beta-caroteno o pro-vitamina A, un compuesto antioxidante que se transforma en vitamina A, la cual sirve para la vista, una vez que entra en nuestro organismo. Asimismo, es fuente de vitamina E y de vitaminas del grupo B como los folatos y la vitamina B3 o niacina. En cuanto a los minerales, destaca el aporte de potasio, y cantidades discretas de fósforo, magnesio, yodo y calcio.
Ayuda a limpiar los dientes y estimula la secreción de saliva, algo que contribuye indirectamente a una buena digestión.
La deficiencia de vitamina A dificulta ver bien por la noche, ya que el nervio óptico se nutre de esta vitamina y una proteína llamada “opsina”, razón por la cual la zanahoria siempre se ha relacionado con la mejora de la visión.
Aumenta la producción de melanina, el pigmento que le da color a la piel y la protege de las radiaciones solares nocivas (UVA y UVB).