La sexualidad no termina a los 60
Fabian no ha querido revelarnos su apellido por pudor. A sus 68 años, con varias libras de más y una calvicie avanzada, aún conserva toda su picardía y sus ganas de vivir. Y, en consecuencia, se le siguen yendo los ojos detrás de cualquier mujer bonita que se cruce en su camino. Lleva toda su vida casado con Marcela, con la cual asegura ha logrado mantener una hermosa relación. Pero de sexo, ya,… nada! «Eso nos pasa a todos los viejitos», dice convencido, aunque un poco enfadado.
Tal vez Fabian haya caido, sin saberlo, en la trampa de los falsos mitos, o es posible que su problema sea de tipo psicológico o tenga mucho más que ver con las medicinas que toma y con las enfermedades y achaques típicos de su edad, que con un problema real de índole sexual.En opinión de los expertos, el sexo no acaba de ninguna manera a los 60. Según un estudio realizado a principios de este año por el Consejo Nacional de la Tercera Edad (National Council of Aging), el 50% de los
hombres y de las mujeres de más de 60 años disfrutan del sexo por lo menos una vez al mes y desean hacerlo más a menudo. Por otro lado, en una encuesta realizada por Wyeth-Ayerst Laboratories, se encontró que 9 de cada 10 mujeres postmenopáusicas se mantienen sexualmente activas. «Aunque muchas personas, hombres y mujeres, temen envejecer y darse cuenta de que empiezan a tener problemas sexuales, en ningún momento eso significa que hay que renunciar a la calidad de vida y a sus placeres, particularmente al sexual», afirma la doctora Sheryl A. Kingsberg, profesora de Psiquiatría y Biología Reproductiva en la Escuela de Medicina «Case Western Reserve University» en los Hospitales de la Universidad de Cleveland. «La habilidad y flexibilidad para irse ajustando a los cambios que llegan con la edad, en vez de ponerse a luchar contra lo inevitable, es lo que permite continuar disfrutando del placer, la satisfacción y el gozo sexual y emocional de una relación de pareja», añade.En los hombres, los cambios físicos pueden ser más drásticos: enfermedades como la diabetes o problemas vasculares o de la próstata pueden causar impotencia. Además, algunos medicamentos para la presión, el alcohol, los antidepresivos, tranquilizantes y antihistamínicos también pueden afectar, pero hay mil recursos para solucionar todo esto de forma efectiva. La mujer, por su lado, a nivel físico sólo experimenta una resequedad interna que tiene fácil solución con los lubricantes que se venden sin receta.
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El problema femenino suele ser más bien de tipo psicológico, al encontrarse poco atractiva y sexy. En cualquier caso, el sexo a la tercera edad abre un maravilloso capítulo: un nuevo enfoque en la intimidad con su pareja, en el largo juego de un preámbulo lleno de caricias sensuales y tiernas que vayan «animando» a la pareja; en el romanticismo y la sensualidad que la prisa de la juventud no dejó disfrutar…