Las Fresas y la salud del corazón nos llega en la primavera, temporada natural aunque actualmente por los cultivos intensivos se adelantan y llegan a finales de invierno, es el momento idóneo para consumir fresas y fresones, contienen una composición extraordinaria de fitoquímicos antioxidantes.
Cada día se conocen nuevos estudios que señalan una asociación consistente entre el consumo de una dieta rica en vegetales y una menor incidencia de enfermedades crónicas. Entre estas enfermedades crónicas figuran las cardiovasculares, neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer. La gran variedad de frutas y hortalizas disponibles y su compleja composición hacen difícil la explicación breve, clara y concisa de los beneficios potenciales para la salud de estos alimentos.
Fresas y la salud del corazón
En las últimas décadas, se han considerado subgrupos de vegetales para evaluar de manera específica su asociación con la salud y la prevención de enfermedades. Las frutas rojas, entre ellas las fresas y fresones (también frambuesas, arándanos, moras y grosellas), son uno de los grupos estudiados. Además de nutrientes comunes a otras frutas, como la fibra, la vitamina C o el ácido fólico, se han identificado en su composición diversidad de sustancias con interesantes actividades biológicas. Esto invita a considerar las fresas y los fresones como una fruta muy atractiva tanto por su sabor y posibilidades culinarias, como por ser fuente óptima de antioxidantes. Desde febrero hasta junio (en la península ibérica) se extiende una época idónea para saborear estas frutas dulces, sabrosas, aromáticas, refrescantes y delicadas
Las fresas y fresones además de vitamina C, tienen multitud de compuestos antioxidantes con numerosas actividades biológicas saludables. Aprovechar el consumo de fresas durante los meses que dura la temporada se revela interesante como aporte dietético de folatos. El folato es una vitamina que se encuentra naturalmente en muchos alimentos. El folato ayuda al cuerpo a producir células nuevas. Estudios sugieren que un consumo moderado de fresas puede implicar un aumento significativo de los niveles de folato en plasma, con la consiguiente protección para la salud del corazón.
Aprovechar el consumo de fresas durante los meses que dura la temporada se revela interesante como aporte dietético de folatos. Una ración de 250 gramos de fresas suministra alrededor del 50% de la ingesta diaria recomendada. Son fuente óptima de esta vitamina al consumirse, en general, frescas o poco elaboradas, a diferencia de otros vegetales que pierden vitaminas durante el cocinado o en las preparaciones previas (remojo, corte…).
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