La robofilia puede resultar extraña en este momento para nosotros, pero es muy posible que puede llegar a ser normal en un futuro próximo a medida que las actitudes evolucionen con la tecnología.
Se ha planteado, con muchos argumentos, que es muy probable que las normas sociales sobre el sexo y las relaciones cambien en el futuro. Este planteamiento viene a raíz de la pregunta sobre las implicaciones sociales de la tecnología del sexo. Resulta que ha venido a irrumpir la realidad virtual en este escenario y esto nos lleva a pensar en el sexo robótico en el contexto de las normas sociales actuales.
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Las normas sociales marcan pautas
Pero si pensamos bien en las normas sociales sobre el sexo desde hace solo cien años hacia el presente, veremos que es obvio que han cambiado rápida y radicalmente y comenzamos a pensar en la robofilia.
Es cierto que las opiniones y expectativas de la gente sobre el sexo y las relaciones han cambiado radicalmente, incluso en la última década. Hoy la gente tiene muchas más opciones -basadas tanto en lo que es socialmente aceptable como en lo que está disponible-, lo que a su vez debe generar mayores expectativas. Hace solo 10 años, las citas por Internet se consideraban un poco extrañas y desesperadas; ahora, hojear rápidamente cientos de perfiles en línea se considera la norma absoluta, busque lo que busque la gente.
La propia tecnología del sexo es una industria en expansión. En 2010, el Wall Street Journal informaba de que en Japón los hombres ya se llevaban a sus novias virtuales de vacaciones a la isla “socialmente inclusiva” de Atami.
Al igual que ocurrió con el VHS frente al Betamax en la década de 1980, el auge de la realidad virtual dependerá en última instancia de la aceptación de la industria del porno.
De hecho, el Daily Mail informó en enero de que la plataforma de streaming para adultos SugarDVDm ya está creando una aplicación para Oculus Rift que “meterá a los espectadores en la acción” lo que conduce a pensar en la robofilia como fenómeno que está en proceso de germinación.
Por ello pensamos que lo que volverá a impulsar la adopción estándar [de la RV] es el porno. La perspectiva de hacer porno tan inmersivo e interactivo para la industria del porno es sencillamente enorme.
¿Qué repercusiones tendrá esto en la vida real de las personas?
En el futuro, la tecnología del sexo será “muy común”. Especialmente para quienes no mantienen relaciones sexuales estables. Pero, no tendrá “ningún impacto [psicológico] para las personas bien adaptadas”. Sobre esta base se ha planteado que la “democratización” que permite conducirá a “un sexo más sano y mejor” para todos.
Algunos investigadores destacan los beneficios positivos de “mejorar las relaciones íntimas”. Sin embargo, otros también plantean algunas preocupaciones.
Por una parte, se dice que todo esto podría tener un posible impacto criminal en las víctimas de abusos. Y conlleva riesgos adicionales, como el fomento de conductas adictivas, donde la robofilia es la protagonista, la explotación de los vulnerables y la sexualización de los niños.
Pero probablemente lo más interesante de todo esto sea el auge de las relaciones virtuales y el problema potencial que esto causará en la capacidad de las personas para entablar relaciones reales.
Aunque existe preocupación por el potencial de adicción
La gente no ha renunciado al sexo en favor de la pornografía. A pesar de los estímulos supernormales que aparecen en pantalla, está claro que ver a actores de pornografía no es lo mismo que mantener relaciones sexuales con ellos.
Sin embargo, a medida que la realidad virtual se vuelve más realista e inmersiva, y se combina con teledildonics y estimulación neural para imitar e incluso mejorar la experiencia del sexo con una pareja humana, es concebible que se llegue a la robofilia y algunos elijan esto en preferencia al sexo con un ser humano menos que perfecto.
También se corre el riesgo de que los robofilicos se enamoren de compañeros de realidad virtual. Sin embargo, tal parece que no deberíamos predisponernos y asumir a priori que las relaciones virtuales tienen menos valor que las reales. Recordemos que desde siempre ha ocurrido que hubo y hay gente que se enamora de personajes de ficción, incluso sin la posibilidad de conocerlos e interactuar con ellos.
Soledad e infidelidad: dos temas que salen a la palestra
También debemos recordar que ya hay muchas personas que viven solas, que quizás no han podido encontrar pareja o la han perdido. Las parejas sexuales virtuales pueden aportarles importantes beneficios psicológicos y seguramente son mejores que no tener pareja.
Esto plantea algunas dudas sobre si las personas que ya tienen pareja prefieren a alguien virtual antes que a alguien humano. ¿Se consideraría infidelidad? ¿Y cuáles serán las consecuencias a largo plazo?
A medida que el sexo virtual mejorado tecnológicamente se convierte en preferible al sexo con humanos. Es posible que veamos un mayor número de personas que viven solas y pasan más tiempo en la realidad virtual. Basándose en datos que sugieren que muchos jóvenes japoneses evitan el sexo y las relaciones íntimas, algunos han sugerido que esto puede estar ocurriendo ya en Japón.
Es poco probable que el deseo de interacción humana disminuya
Aunque añade que es poco probable que el deseo de interacción humana disminuya significativamente hasta que los robots puedan superar la prueba de Turing.
Cuando con el tiempo haya robots inteligentes indistinguibles de los humanos, aparte de su falta de malos hábitos, imperfecciones y necesidad de inversión, no solo es probable que los elijamos antes que a los humanos de verdad, sino que psicológicamente no sufriremos si no somos capaces de distinguirlos.
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